martes, 30 de septiembre de 2014

Y sin embargo hay que seguir de pié!

Hoy mismo me estoy volviendo a sentir como en ese verano entre los años 2012-2013, momentos en los que la soledad me acribillaba a la pared, me ponía el arma en la frente pero no gatillaba, porque ella igual tenia miedo de quedarse sola. Momentos en los que me sentia acompañado solo por sombras y personas que ni siquiera existían. Después de haberme metido en distintos huecos que iba escabando, después de buscar un lugar donde esconderme de la guerra nuclear mas pesada, que era mi mente, después de haber llegado a la sima y plantar mi bandera y construido mi cabaña, volvi a ese verano.

El dolor sentimental martilla mi cabeza esta vez, al contrario que esas noches, en un frio muerto que congela las flores. Y el corazón dejado de lado para que hable la conciencia y esta me dice muy sabionda que lo unico que me va a sacar de abajo es un lapiz y un papel. Así que acá empieza mi turno.

Trate de esconderme en el refugio de mi mente, me escondi en los libros y en mi guitarra, en la musica y en una pluma, una pluma que hoy llega a esto. Maquina de escribir en mano, el motor a medio encender, casi dormido pero vivo, trato de contar y explayar lo que sentí yo o lo que suponía sentir en aquel momento.

La depresión interna me martillaba, estaba siendo dejado de lado, como excluido, hoy eso ya es bastante normal para mi. Por peor que sea, me acostumbre a perder gente que en verdad quería sin siquiera saber el motivo de eso. "Y me despido de vos" te faltó decirme un día y sin previo aviso te fuiste sin retorno. Te sufrí como si hubieses sido lo ultimo en el mundo que me quedaba. Y hoy lo sigo haciendo, no olvido nada.

Puede que algunas de mis historias sean tan tontas que empalaguen, otras que den miedo y otras hasta quizás causen tristezas. Mas de la mitad remontadas a momentos que inflingen temor en neuronas que no sabemos usar o que ni siquiera sabemos que existen. Tengo miedo, me tengo miedo, me tenia miedo.

Hoy ya varios saben, porque a varios se los dije, le tengo miedo a todo, en especial a mi, pero si hay algo a lo cual no le temo es a la muerte.

Siento bastante haberme perdido la confianza en aquel verano, pero perdi muchas cosas y creo que eso es lo que sentí y hoy vuelvo a sentir, un vacío inmenso que no se de donde viene ni a donde va.
Perdón, pero esta carta ya no sigue,
mi cabeza dejó de pensar y estoy dejando que el corazón hable por si mismo.
                         
                            Nos vemos...
               Cuando vuelva a escribirte.