martes, 27 de mayo de 2014

No era una más.

Soy el camino que sin vos como piedra nunca hubiera existido, soy el que necesita tus besos antes que al aire, soy el primero y el último en llegar a tu corazón, soy el que pretende volar con vos por sobre todas las nubes.

Tal vez también soy ese que sin querer bajo del cielo y encontró a su musa en un pedazo de papel, y al haberla dibujado en una pared se enamoró profunda y eternamente de la misma.

Tu foto en ese retrato viejo color marrón café y madera, se esconde en esa estantería vacía, sin siquiera un solo libro por leer, revela tus ojos a plena luz del día, delante de ese telón de cabellos castaños claros, y esos labios, sí, esos mismos en los que me hundí cada vez. No escatimo ni un poco con lo que confieso.

El tiempo pierde su rumbo y se congela en un invierno ventoso y frío en el que tu cuerpo fue el único capaz de darme el adecuado calor, y yo, sin siquiera darme cuenta de lo que tenía lo aproveché... Y no caigo en la cuenta aún. No caigo en la cuenta de que ese pedazo de papel pueda hoy estar en piel, carne y hueso conmigo, hasta a veces en el mismo lugar, formando una misma persona.

viernes, 9 de mayo de 2014

-Route 66-

Sabía cuándo auto-dibujarme para no quedar mal parado observando solo el aspecto de rostros ajenos. Sabía no reprimir mis significados, pero si comprimir palabras y hacerlas mas suaves al oído. Sabía contestar tan solo con un par de letras cuando la pregunta era de más de un renglón. Sabía cómo cantar una balada en cada ocasión cuando mi estado de humor acudía a ello con audacia.

Conservaba enlatadas palabras que pinchaban o acariciaban mi corazón. E intentaba explicar qué era el amor y dónde estaba tan solo con un par de acordes. Las canciones eran de las pocas cosas que me acompañaban. Compañía continua desde mi cabeza, pasando por la Ruta 66 hasta mi corazón.

El camino inventado, color rojo infierno, ardiendo en llamas corre mi cabeza. Corro yo, sin rumbo alguno, a sus espaldas intentando alcanzarla y poderte pensar. No soporto mas nada ¿Qué puedo hacer? si ya no soy yo el que no quiere ver, sino vos la que no puede dejar la eficacia atras.

Corres cerca mio, pero cuidandome desde lejos, intentando con la mente alcanzar mi corazón. Y mi cabeza nos arranca cada hueso, como si fuese gratis desgarrar mi garganta a gritos de dolor. Seguimos en pie, pero no continuamos corriendo. Conseguí que mi cabeza vuelva a mi quedando atorado en este pedazo de infierno, en medio de mi Ruta 66. Fuego en el asfalto quema nuestros pies y vos te tiras a descansar.