Se cortó la luz, me
molesta el no ver nada, pero así es mejor, estoy yo solo en este pasillo sin
comienzo ni final, sin luz ni espacio, ¿El tiempo? Acá no existe...
¿Para qué morir cuando
puedo ser inmortal? ¿Por qué ponerme mal cuando puedo cantar y soñar? Creo que
se las respuestas y en ambas es la misma, pero esa persona hoy se fue con ese
arma y no volvió mas.
Marcha en un camino de
tierra, descalzo hacia la bala que viene por su costado. Tal vez el impacto en
su cráneo le haga pensar, tal vez el acto tan solo sea momentáneo... Sus dedos
golpean el gatillo con fuerza y se cubre de muerte.
Frente a mis ojos, al
final del pasillo, la luz y él tirado en el suelo, sin ganas de nada mas, su
corazón ya teñido de negro y sus ojos casi sin color penetraban mi mente y me
hacían querer ver lo que el veía. A su arma todavía le quedaban balas y yo
quería seguirlo a él...
El tiempo se volvió hacia
atrás y en el momento que el apareció en el pasillo su arma ya no estaba, ahora
estaba en mi mano.
… Tengo una decisión que
tomar, una sola bala y dos personas, la muerte pintaba una sonrisa en su rostro
y él quería volver, pero yo quería probar el sabor de lo nuevo, es sabor de ser
nuevo. La bala era para uno.
Otra vez el tiempo se
detiene para poder pensar, llego a una conclusión… Gatillé. El martillo hace
impacto y la pólvora explota, su fuerza empuja a la bala a través de los aires
y cortando el sonido seco choca contra su sien ,y con los ojos llorosos cae al suelo de rodillas, cuando su cara toda
el piso la luz del pasillo se comienza a encender. Su cuerpo sobre el suelo,
vuelvo a ver esos ojos sin color y la sangre casi negra, me sentí un demonio,
pero era su destino después de todo.