Se notarán en su mirada
las mismas llamas que ardían desaforadamente y dentro de su alma los vidrios trisaban.
Un gato arañando las paredes y los perros ladrando hacia los árboles, a este
mundo le falta algo.
El día que salió de casa se perdió entre la lluvia y al volver ya no lo esperaba nadie, solo una manta y una nota que decía "chau.", y esa palabra, y esa letra, y ese papel le hicieron ver la realidad.
Camina hacia un lugar oscuro, lo lúgubre es su escondite, las horas pasan más rápido, o al menos eso es lo que él cree, el tiempo siempre fue el mismo.
Tal vez un par de palabras que hoy no le hayan hecho sentir nada, mañana podrán tener sentido y los regalos de aquel pequeño que desde aquella torre él recibió podrán explotar en mil colores y un arco iris salir de él... Pero dudo que pase hoy.
Cuando el aire le faltaba ese ángel se lo daba. Ese ángel ya no está y tras un descuido puede tropezar y caer, y así seguirá viviendo sobre el pasto de su hermoso jardín que de a poco se lo va tragando y el aire le vuelve a faltar.
Comienza el sueño eterno, va de una cama a la otra, para ponerse cómodo y dormir, pero no lo logra, el calor que él buscaba no estaba... No lo encontraba.
"Ya estoy cómodo en este lugar.", dijo y se acostó. Miró al cielo, y las estrellas entraban en su cuerpo como las mismas balas en una guerra. Su corazón y su alma teñidos de rojo y negro, su cuerpo pálido sobre ese pasto que ya se había secado...
Eran las 2:30AM, en esa noche de invierno, su cuerpo se derretía y alimentaba el alma de los que necesitaban las ganas de "Poder" que le quedaban.
Él era inmortal, pero la soledad lo llevó a un pozo y sus ganas de estar lo dejaron llevar por otro camino. Su alma no estaba conforme con su forma de ser y se quiso desprender de su cuerpo y permanecer en las cabezas de los demás. Hoy su cuerpo yace bajo esa tierra húmeda que después de aquella lluvia no se volvió a secar...
Y sus ojos color negro opaco dan vueltas en mi mete suplicando con mil palabras algo de ayuda, algo que lo pudiera salvar.
El día que salió de casa se perdió entre la lluvia y al volver ya no lo esperaba nadie, solo una manta y una nota que decía "chau.", y esa palabra, y esa letra, y ese papel le hicieron ver la realidad.
Camina hacia un lugar oscuro, lo lúgubre es su escondite, las horas pasan más rápido, o al menos eso es lo que él cree, el tiempo siempre fue el mismo.
Tal vez un par de palabras que hoy no le hayan hecho sentir nada, mañana podrán tener sentido y los regalos de aquel pequeño que desde aquella torre él recibió podrán explotar en mil colores y un arco iris salir de él... Pero dudo que pase hoy.
Cuando el aire le faltaba ese ángel se lo daba. Ese ángel ya no está y tras un descuido puede tropezar y caer, y así seguirá viviendo sobre el pasto de su hermoso jardín que de a poco se lo va tragando y el aire le vuelve a faltar.
Comienza el sueño eterno, va de una cama a la otra, para ponerse cómodo y dormir, pero no lo logra, el calor que él buscaba no estaba... No lo encontraba.
"Ya estoy cómodo en este lugar.", dijo y se acostó. Miró al cielo, y las estrellas entraban en su cuerpo como las mismas balas en una guerra. Su corazón y su alma teñidos de rojo y negro, su cuerpo pálido sobre ese pasto que ya se había secado...
Eran las 2:30AM, en esa noche de invierno, su cuerpo se derretía y alimentaba el alma de los que necesitaban las ganas de "Poder" que le quedaban.
Él era inmortal, pero la soledad lo llevó a un pozo y sus ganas de estar lo dejaron llevar por otro camino. Su alma no estaba conforme con su forma de ser y se quiso desprender de su cuerpo y permanecer en las cabezas de los demás. Hoy su cuerpo yace bajo esa tierra húmeda que después de aquella lluvia no se volvió a secar...
Y sus ojos color negro opaco dan vueltas en mi mete suplicando con mil palabras algo de ayuda, algo que lo pudiera salvar.
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