Entrando en mis sueños, navegando en mis ideas, caminando en mi cabeza, ¡Cuanta mierda tirada en el suelo!
¿Ese lugar?, es mi mente, es mi bosque, es mi mar, mi océano.
Mil y un arboles sembrados en el sendero, el tiempo no me gana, sobrevivo en un mundo en donde todo está a disposición del mismo, ¿Por qué no podría reinar en mis sueños?
Me alimento de perdones y lamentos de personas inocentes, no logro ver mas allá de mis respiros.
Me encontraba allí olvidado, sentado en ese bosque, debajo de el primer árbol que sembraron mis memorias, escuchando la música que mis oídos querían escuchar. Mirando hacia aquella luna que no brillaba, pero sin embargo me lograba alumbrar.
Callado, observando a los animales pasar, primero un alce, un conejo, un lobo y por ultimo búhos, muchos búhos... Cada sonido me hacía recordar a algún momento de mi vida y cada momento hacía nacer un árbol.
Me levanté de golpe, estaba algo mareado, decidí ir al río, a aquel río cristalino que con mis lagrimas había sido formado, en el mismo volvía a ver esos peces que eran como personas en el corazón de mi mundo, me acerqué a ellos y huyeron despavoridos, mi persona había cambiado, había espantado a algunos, pero a la vez atraje a otros.
-¡¿Qué hago yo perdido en este bosque?!-Grité, y una voz que no reconocía me respondió -Esto es tu vida, mejor dicho tu mundo,esto es lo que hiciste de vos y lo que vez es tu ser. Te parece sombrío, ¿Verdad?, así es como te ven los demás y como te haces ver.
Recapacité, a mi me gustaba, la verdad no me debería importar la opinión de los demás, era mi mundo, mi palacio, mi bosque. Mis memorias dibujaban aquel manto que cubría el cielo para hacerlo de un color tenue pero a la vez el mismo intentaba levantar y hacer volar mi vida.
Reino en mi bosque de memorias, en mi jardín de sueños, vuelo en este mundo que aparece y desaparece con personas que caminan como llevando el tiempo en la espalda, acompañados por las memorias convertidas en arboles,¿Mi imaginación? Y/o prefiero llamarla mi mundo, ¿Y mis memorias? Son aquellos mil y un arboles de mi puro bosque, no piensen mal de mi, solo quiero el bien de mi imaginación para poder seguir acompañandolos...
Cuando se sientan solos sepan que mi mente los acompaña.
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