Comencé por caminar sobre la vereda y terminé en ese oscuro
callejón sin salida, tropecé con esa piedra y a medida que desvanecía, mi
conciencia iba perdiendo el control y mis ojos ya no veían lo que necesitaban
ver. Raras formas se aproximaban a mí, veía luces pero era tan aterrador el
lugar que no me permitía abrir los ojos, la ceguera me carcomía, me mataba. Me
sumergí bajo tierra, me metí en un ataúd e intenté morir. Llame tres veces a tu
puerta, y sin embargo dejaste el vicio por algo peor.
Me
defraudaste. Intentaste volar. Fracasaste. Te rendiste. No volviste a intentar.
Me acabas de defraudar una vez más.
Esos
"Puntos suspensivos" que dejaste de cantar en aquella canción
acústica me costaron el levantarme e intentar mover los dedos para hacer sonar
una canción. Y todo lo hice para que abrieras una puerta con llave... Un minuto
y las llaves salieron de la cerradura, hiciste que todo explotara en mil
pedazos, y mi guitarra volvió a sonar. Refregaste en mi cara el alivio de ver
las notas fluir, mientras tanto yo ya había dejado de escuchar tu voz. Ya no
veía tu rostro.
La canción paró. Dejaste de cantar. Rompiste el silencio con un "Te logré amar.". No valoré lo que dijiste. Desperté. Te había perdido por completo...
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