No dejes que los miedos te ataquen, porque contra ellos los únicos que pueden ganar son los sueños... Y yo todavía no aprendí a soñar despierto...
Te esperé un par de horas sentado en la vereda, comenzó a llover y mi pelo, mi cara y mi ropa se mojaban. Miraba al cielo, las gotas caían y explotaban en mi rostro.
Veía pasar varias personas en frente de mi y vos no llegabas. Pasó una hora, pasaron dos, la tercera ya estaba llegando... Me levante del piso y caminé toda la noche por las calles mojadas.
Se hicieron las 4 AM, llegué a mi casa, abrí la puerta y estaba sin llave, pero recordaba haberla cerrado bien. Entré y me fijé por todas las habitaciones, al llegar a mi cuarto me desvestí para dormir y para mi sorpresa ahí estabas vos, esperándome dentro de casa...
No había esperanza de encontrarte esa noche, pero sin embargo me esperaste ahí.
Canción para mi muerte.
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