viernes, 18 de enero de 2013

~Memorias de un viejo Sauce.


Corríamos juntos, de la mano por el bosque. Era otoño y saltábamos entre las hojas teñidas de colores tenues y oscuros, anaranjadas, marrones, amarillas, alguna que otra hoja roja, pero ni rastros quedaban de las hermosas hojas verdes.
 Pero, en el medio del bosque una mancha verde quedaba, era un sauce gigante, un hermoso sauce llorón, cansado de ver siempre el mismo bosque y no poder dejar su lugar al menos por un segundo.
Llegamos a el lugar en donde estaba aquel sauce y nos sentamos a su sombra, estuvimos ahí toda la tarde, cuando empezó a caer la noche intenté llamar a mi papá para que nos fuera a buscar, pero no tenía señal, entonces pasamos la noche en el bosque bajo ese árbol.
A medida que la noche iba pasando las sombras, los ruidos sombríos y los animales que pasaban eran cada vez mas. El frío había empezado a tomar protagonismo en el aire, nosotros sin otra manera mejor para remediarlo, abrazados cada vez mas y mas fuerte, hablando del primer tema que saliera de la boca de alguno de los dos. Recuerdo que cantábamos una canción de su banda favorita, Silverchair. "And after all these years, forget about all the troubled times..." cantaba ella con su hermosa voz, dulce como ninguna otra.
Caricias, besos, abrazos, risas, canciones y varias otras cosas debe recordar ese árbol, se podría decir que ese árbol no fue tan solo una cosa, sino un hermoso recuerdo de nuestra relación.
Su cuerpo junto al mio, nada ni nadie podía hacerme daño estando protegido de tal manera, sentía que tenía el valor suficiente para pelear cara a cara contra una manada de leones yo solo, tan solo para protegerla, cada día pasado bajo ese árbol la confianza entre nosotros se iba afilando como un cuchillo, en el buen sentido.
Pasaron ya 12 años de ese día, y lo sigo recordando como si hubiese pasado hace un momento, eramos tan solo unos adolescentes inocentes con 15 años los dos.
Habíamos acordado estar juntos para siempre y casarnos de grandes, soñábamos con estar juntos algún día, bajo el mismo sauce, ella de blanco, yo de traje, imaginábamos a nuestros familiares y amigos llorando de felicidad, yo por mi parte a mi mamá mas que nada, porque era demasiado exagerada para esas cosas.
También soñábamos con aquel hermoso pequeño de ojos verdes, esa personita que de alguna forma al llegar a nuestras vidas alegraría el mundo y lo pintaría de color vida.
Aquel futuro que soñabamos juntos era perfecto, excepto por una cosa, no iba a suceder... Porque el día en el que estoy era cuando nos ibamos a casar.
Hoy yo estoy acá sentado, con mi traje, llorando bajo aquel arbol que solía tener hojas y teñir de verde el bosque tan preciado por nuestro amor. Hoy no tiene hojas, ni una brisa en el aire, nada, tan solo esa flor en el suelo iluminada por un rayo de luz del propio sol, y mojada por el rocío de la lluvia.
Ella debe estar en un lugar mejor, a pesar de que su vida fue comprada por un paquete de miserables cigarrillos, los cuales la consumieron por dentro tan lentamente esperando el maldito día de ayer para hacer desaparecer su vida por completo y destrozar la mía a su vez.



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